Con una emotiva celebración ayer la comunidad de Tenaún celebró la entrega de los trabajos para la recuperación de los pilares de su iglesia Nuestra Señora del Patrocinio, monumento histórico que pertenece al Sitio Iglesias Patrimonio de la Humanidad. Los plazos se cumplieron. En total 75 días de obras con una inversión de $45 millones provistas por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Con un emotivo acto, en las instalaciones de la Iglesia Nuestra Señora del Patrocinio de Tenaún, la comunidad en pleno celebró la entrega de las obras de los pilares de su iglesia. Acompañaron la celebración, desde el municipio y en representación del alcalde de Dalcahue, la Administradora Municipal, Evelyn Haro y la encargada de Turismo, Giselle Peñailillo. También estuvieron presentes los concejales Nicolás Bahamonde, lugareño y Carlos Cárdenas.
“Aunque no pude estar, extiendo mis saludos y felicitaciones a la comunidad de Tenaún. Se que fue una linda celebración. Contento porque estas acciones muestran lo importante del trabajo conjunto. Felicitar al maestro carpintero Enrique Pérez, que apoyó a la empresa que hizo los trabajos. Es un orgullo para nuestra comuna, una alegría para la comunidad de Tenaún. Finalmente los pilares han sido reparados” señaló el alcalde de la comuna, Alex Gómez Aguilar.
Efectivamente, felicitado fue el maestro carpintero Enrique Pérez. Durante la ceremonia, las arquitectas de la empresa Arquitectura Local a cargo de las obras, Olivia Mediana y Alejandra Carvajal, de la empresa Arquitectura Local, presentaron los detalles del proceso de restauración de los pilares y destacaron ante la concurrencia el apoyo del conocido maestro carpintero de la localidad, Enrique Pérez, que durante todo el tiempo que se realizaron los trabajos, acompañó con sus consejos.
Las obras, según contrato, tenían un plazo de 75 días de ejecución, los montos invertidos fueron de $45 millones, provenientes del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). El 22 de abril pasado fue la entrega de las obras, y a partir de entonces pudo apreciarse el daño causado en los seis pilares del pórtico causado por humedad, concentración de xilófagos, asentamientos de los pilares y secciones de la estructura en mal estado. Todo ello fue reparado, con cambio de piezas y vigas, a fin de devolverle la estabilidad a la iglesia y permitir su preservación en el tiempo, con la adecuada protección contra la humedad y los elementos bióticos.
Las profesionales a cargo de los trabajos también agradecieron la comprometida participación de la comunidad durante todo el proceso y además el trabajo de los carpinteros, uno de ellos, Alejandro Muñoz, con amplia trayectoria en restauración patrimonial.
“Finalmente se terminaron las obras, agradezco el apoyo de la comunidad, del maestro Enrique Pérez en particular por sus conocimientos. Porque lo que valora finalmente este Sitio Patrimonio de la Humanidad es esa cultura, y ese oficio, más que el edificio mismo” señaló la arquitecta Olivia Medina.
Para dar mayor realce a este momento, estuvieron presentes en la ocasión el cura párroco, Pedro Barría y desde el área de Patrimonio en Riesgo del CMN, Alejandro Cordero y Alonso Maineri a cargo del Of. Técnica del CMN en Chiloé. También, y desde el Centro Nacional de Sitios de Patrimonio Mundial, el arquitecto Juan Fernando Yáñez y representando a la Fundación de Iglesias Patrimoniales (del obispado) Natalia Cruz y el historiador Bladimir Corrales.
“Finalmente cerramos este proceso de intervención de emergencia en los pilares. Reconocer lo largo que fue el proceso, desde las licitaciones quedaron desiertas y la gestión misma de los recursos, que se consiguieron finalmente desde el Área de Patrimonio en Riesgo del CMN. Pero por, sobre todo, destacar la constante insistencia de la comunidad para que estas reparaciones de hicieran” señaló el encargado de la Of. Técnica del CMN en Chiloé, el arquitecto Alonso Maineri.
La celebración de la comunidad de pueblo más antiguo de Chiloé -fundado un nueve de febrero de 1567, dos días antes que Castro- fue amenizada por alegres interpretaciones folclóricas de niñas y niños de las dos escuelas de la comunidad. Posteriormente, todos los asistentes, sin excepción fueron invitados a un coctel y posterior almuerzo con cazuela de gallina de campo para cerrar una jornada feliz que ni el frio ni la lluvia impidió cerrar, como Dios manda.